Valencia 3- 0 Mallorca: ¿Que pasó y porqué?

Recibir un cero a tres contra un equipo presuntamente herido es una derrota muy dura, no importa el nombre del equipo contrario y los jugadores que tuviera, la derrota sigue siendo igual de dura porque ellos llegaban de hacer el ridículo, y nosotros, pese a todas las caras nuevas, nos habíamos creado ciertas esperanzas tras el buen juego visto en prentemporada.

El secreto del fútbol y objetivo de todo equipo que aspire a algo es el de saber explotar tus virtudes y esconder tus defectos, algo tan simple y tan complicado a la vez, porque para esto hay que tener una profunda capacidad de autoanálisis objetivo y de sacrificio para luchar con tal de que tus defectos no parezcan tales. En la previa del partido intentamos hacer un análisis de los defectos que presenta el Valencia y en base a estos hicimos un dibujo del mejor mallorca que podíamos presentar (por cierto, dejadme que me cuelgue una medallita: al hacer los dos primeros cambios, Santana y Aduriz por Varela y Webo, Manzano dibujó el mismo esquema que había hecho yo, con la diferencia de que Arangó jugó por la derecha y Jurado por la izquierda), pero esos notables defectos no se vieron durante el partido por dos razones, básicamente porque el Valencia supo esconderlos muy bien y porque el Mallorca no supo aprovecharlos.

Unai Emery es un gran estratega, ya lo demostró en el Almería con una plantilla que en principio parecía bastante modesta y sacandole todo su jugo. El sabado, en el partido del Mallorca demostró que, al contrario que Manzano, tiene un profundo conocimiento de las piezas con las que dispone, y que es capaz de amoldar sus alineaciones en base a las cualidades de su plantilla. Manzano en cambio, tiene demasiadas piezas nuevas como para sacar un rendimiento notable a muy corto plazo. Ahora tiene dos semanas por delante para analizar los errores cometidos en el partido de Mestalla para empezar a trabajar con tal de no repetir errores del pasado:

El cierre de los laterales y los pasillos de seguridad.

Una de las bases del equilibrio defensivo es la basculación de toda la linea de la retaguardia con tal de generar superioridad en la zona por la que circula el balón. Los conceptos son fáciles de entender: cuando el balón se mueve por la zona central, los laterales se cierran para tapar los espacios entre ellos y los centrales, dejan libres las bandas y presionan la posesión del balón, y cuando el esférico se desplaza a la banda, el lateral presiona al extremo de su banda, el central de ese lado le tapa la espalda para la llegada del jugador de segunda linea, el otro central ocupa una posición cercana a la del primer central, y el lateral deja libre espacio en su banda para ocupar prácticamente la posición del segundo central.
Un ejemplo perfecto de una mala basculación y una ayuda nula del interior es el primer gol del Valencia: el jugador local ataca con balón desde el centro, la defensa se cierra para defender el ataque central, pero ante la presión, desplazan balón a banda, donde el extremo está muy abierto, la defensa no tiene tiempo de bascular para cerrarle opciones al atacante, el cual centra el balón a placer. Mala basculación y pésima ayuda del interior, el cual debería haber ocupado el espacio por el que entraba Pablo Hernandez.

Estaticismo total de mediocampo hacia adelante.

Muchos han cargado tintas tras el partido contra Pep Lluís Martí en base al número de balones que perdió, pero lo cierto es que fué sangrante la actitud del equipo especialmente en la segunda parte: jugadores estáticos, pidiendo el balón al pié e intentando la guerra por su cuenta. Me llamó especialmente la atención que Cléber Santana, un jugador recién llegado y que debe demostrar su valía, ofreciese apoyos tan penosos como situarse a apenas dos metros del própio Martí para pedirle el balón, embotellando al equipo y con una nula capacidad de oxigenación del juego. En una muestra deestaticismo tan grande, cualquier intento de arriegar un balón es dar casi por segura la pérdida del cuero.

Delanteros que no cumplen su rol.

En la primera parte del partido, el bueno juego del Mallorca no se vió reflejado en verdadero peligro para la portería de Renan. Jugábamos con dos delanteros, pero Webó abusó de la caída a bandas, cuando en principio era el delantero de referencia, se perdió en la presión, caída a bandas, y ayuda a sus compañeros. El año pasado, esas cualidades de trabajo de Webó se acoplaban muy bien a las de Güiza, porque era capaces de alternar entre ellos el rol de referencia del equipo, Güiza caía a banda y Webó ocupaba el centro, de la misma manera que cuando el que caía a banda era Webó, Güiza atuaba como referencia. El sábado, jugábamos con un delantero "boya" o de referencia como Webó y un segundo punta como Trejo, con lo cual, el desplazamiento a banda de Webó dejaba sin referencia la delantera.
Óscar Trejo, por su parte, partía desde una posición de mediapunta con un juego desegundo punta, tal y como imaginamos nosotros en la previa del partido, el problema es que explotaba sus cualidades demasiado lejos del área, abusando del regate cerca del mediocampo y cerrándose las puertas al llegar a las proximidades del área, cuando debería utilizar más las paredes con sus compañeros y la apertura a bandas en lugar de abusar por atacar por el centro.

Desborde nulo por bandas.

El fútbol de hoy en día, salvo contadas excepciones, se gana a través del juego por bandas, atacando por las alas como puñales y abriendo el campo para generar espacios y favorecer la llegada de segunda linea (tal y como nos demostró el Valencia), pero el Mallorca jugó con dos bandas de muy poco desborde: por izquierda Arango, que tiene un gran centro y es un magnífico llegador, pero tiene dificultades en el uno contra uno, y por la derecha jugó Varela, un lateral recovertido de trabajo, sacrificio (el sábado menos que otras veces), y potente chut, pero que no se distingue por ganar línea de fondo ni por su velocidad, con lo cual, las espaldas de los laterales apenas sufrieron. Además, en la segunda parte, esta obsesión de atacar por el centro se vió acrecentada con el cambio de bandas de Arango y Jurado, ambos jugando a pierna cambiada y a consecuencia tendiendo a ir hacia el centro, además, los extremos a los que se les presupone mayor desborde como son Callejón, Dani Gonzalez y Castro fueron ignorados (Gonzalo Castro entró ya con el mallorca en caída libre).